La responsabilidad profesional como estrategia
El mundo está cambiando, se transforma, y tanto las personas como las empresas son conscientes de ello. Pero por ahora, las empresas no han tomado ese grado de madurez. Por lo que ver pasar desde la ventana la pasividad ya no es una opción. Implementar la ODS es voluntaria pero las compañías que deciden integrarlas dentro de su ADN le da un nuevo significado en madurez, salud, conocimiento y capacidades tecnológicas y económicas.
ODS, la Agenda del 2030
En el 2015 llegó el vencimiento de los conocidos como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuya meta era reducir los niveles de la extrema pobreza con una serie de objetivos y metas. La ODS, objetivos de Desarrollo Sostenible, es una iniciativa de la ONU, por la que 193 líderes en septiembre de 2015 aprobaron la Agenda en la que se comprometen a actuar sobre los 17 factores clave. El fin, ”Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
La ODS era el siguiente paso. Era incorporar nuevos factores que se quedaron olvidados, la inclusión de métricas cuantitativas para medir eficazmente y comparar. Así, como la incorporación de nuevos factores como son la Sostenibilidad, Equidad, Universalidad, Compromiso y Alcance.
Estrategia como plan de acción en las empresas
Desde el punto de vista de las compañías el papel importante que toman los directivos y empresas es participar activamente en el cambio. Las empresas son agentes clave en el ecosistema de las relaciones tanto locales como internacionales. Los directivos, y los trabajadores son los que disponen de la voluntad de hacer que el cambio se afronte y la solución a los problemas del planeta se mejore con la satisfacción de mejorar el mundo.
Sin olvidar, que en el desarrollo sostenible existen posibilidades de negocio, estrategia que hay que saber identificar y aprovecharse de ella. No sólo como un mecanismo de marketing pero sí con la función que este ofrece para hacerse eco de las buenas acciones que se emprenden. Que las propias compañías vean reflejadas en su personalidad el aporte de valor que los propios comportamientos adquiridos de los que trabajan en ella. “Esto del desarrollo sostenible no va de cómo basamos el dinero, sino de cómo hacemos que lo ganemos” fue un comentario para el recuerdo.
Por eso desde Origenos invitamos a pensar sobre cómo queremos incidir en el mundo que nos rodea, y cómo vamos a dejarle este mundo a las generaciones venideras. Por eso os lanzamos el reto de desarrollar un plan de acción por el que desarrollo sostenible sea parte importante de vuestra estrategia de negocio.